Rodolfo Zamora

Entre Nosotros


Después del mediodía ese pájaro que aparece por la ventana vuelve a burlarse del asilado, del refugiado, del internado sin obedecer a ningún tipo de cuestión moral que, imagino, debe prohibir tal despropósito. Ese mismo pájaro, hace unos dos meses atrás visitó el hogar de ancianos y se llevó la no muy agradable impresión que ninguno allí podía verlo con claridad, sea por su tamaño, su velocidad o su falta de gracia, Eso le pasa por querer llamar la atención constantemente. También tuvo un altercado en el hospital de quemados cuando entró a uno de los pabellones y fue expulsado por un enfermero.
La verdad es que no lo entiendo, juro que he tratado de hacerlo pero me he rendido ante tanta falta de inteligencia de este alado amigo, quien se limita a volar, volar y volar ante nuestras caras, nuestros ojos y nuestra notable desesperanza y desilusión. Nosotros, aquí adentro, creemos que no debería ser así, hemos redactado un manifiesto en contra de este pájaro sin escrúpulos, lo hemos leído en el patio mis amigos, yo, mi esencia y mis recuerdos y todos asentimos tan contundentes palabras.
De ahora en más, cada vez que lo veamos gritaremos al viento los pasajes del manifiesto más significativos, sobre todo aquel que dice;
“..entonces te vemos desplegar tus alas y vencerte frente a la inmensidad del aire, del viento, del espacio, del mundo y nosotros con los pies y las escaras sobre el suelo. ¡Ten un poco de consideración, compatriota de los vientos!, solo dios sabe lo que hace con cada uno de nosotros, sabemos lo que ha hecho con nosotros y contigo pero al no saber que nos tiene reservado pedimos esa consideración, tu seguirás volando o un día caerás para morir y alimentar tanto al suelo como a nosotros y nuestra destrucción, en cambio… ¿nuestro futuro?, ¿qué será?...”.
Mañana, seguramente pasarás por aquí y te leeremos ese pasaje y más, te esperamos, no nos falles, eres lo único, lo último, lo mejor que nos queda.