Juan Carlos Vecchi.Olavarría, Prov. De Buenos Aires, Argentina.

ESTABA DIOS…
A Tilas…

… enroscándose la sabiola, en la primera hebdómada (1) de la vida, cuando no... desde la ofidia oscuridad del Universo, arrimose con serpentina pose, doña serpiente - la sindiente aunque esta versión basic dos colmillos ya tenía -; se arrimó con zigzagueante cautela por las dudas beiges, y pregunt- oooleee:
-¿Le doy la mano que usted, oh mandatario absoluto, usted no me ha dado ni cubilete?
Dios no la miraba, pero la había escuchado venir con la oreja que nunca dormía; aún no lograba resolver el dilema y los nervios ya le estaban caspeando la tupida y gris cabellera: una pierna, tres brazos, un par de costillas y las dos rodillas de Adán, seguían amontonados cerca de su derecha sandalia hawaiana, sobre la alfombra de nube persa y reclamaban con divina urgencia su atención. ¿Pero, dónde demonios van estas piezas?, se pensó por enésima vez.
-¿Patroncito de los orígenes diversos? - insistió la serpiente poniendo carita de peluche escamoso - ¿Director Ejecutivo de las galaxias y aledaños?
Fue divino (no divino de celestial, más bien divino de magistral y aclaremos que todavía no había inventado el detergente), rápido y taciturno, el movimiento de Dios (brazo y puño mediantes), por lo cual la "gentil" preguntona de la tentación giró como pudo y volviose como había venido, sacándole chispas a los reflejos de la “luna lunera cascabelera, toma un ochavo para canela, luna lunera cascabelera/debajo de la cama tienes la cena. “.
Primer error garrafal de Dios: ¿por qué no le reventó la jeta a la serpiente con un sopapo de aquellos? ¿O por qué no cortó por la mitad a la maligna simbólica con un golpe de karate Kid? (canto de la mano que cae como cuchillo de carne y huesos mientras uno grita: ¡IIIA!).
Dios esperó y cuando era un hecho que la serpiente ya no estaba en la escena, el omnisciente retomó la creación del segundo error existencial; después la pifiaría por tercera vez porque eso de que el hombre es la única criatura capaz de tropezar con la misma piedra no puede digerirse ni con sopa de limón o licuado de lavandina.



(1) Hebdomadario viene del griego hebdomas, hebdomados, hebdomade, vocablo compuesto por hepta, siete, y de hémera, día; siete días significa. De este origen proceden el latín hebdomas y nuestras palabras hebdómada y hebdomadario. Por su parte, aparte y si no hay feriado nacional, semana se deriva del bajo latín septimana, compuesto de septem, siete, y de mane, mañana: siete mañanas, siete soles, siete días.