Thelma Kirsch


Thelma Kirsch

 

Tan sólo un relato

 

Si,

 me encontraba en un café, de aquellos que se llenan por la tarde.

 Te sentaste frente a mí con una nuez entre las manos,

 la envolvías con celofanes de caricias.

 

Eras dueño del cascanueces y yo te imitaba,

 tomé mi corazón.

 

El crujir rompió el silencio en el que masturbaste mi sueño,

 yo sangraba sobre el mantel a cuadros –quien amablemente-

escondió las manchas inesperadas.

 Tú, confeso.

 

La carne de la semilla se encontraba expuesta junto a la mía

 en esa habitación sin rincones, de diámetro indiferente;

 una crisálida a quien tan sólo yo pude inventar.

 

Fue sencillo:

 el asesinato se había consumado.

 ¿Lo ves?

 El mantel sirvió de manto a un cielo sin luna-sin azul,

 el aroma fue sonido

 y la víctima:

 esa…

¡Que más da!

Marta Guglieri


Le llevó mucho tiempo escribir esa nota, años de incesantes desencuentros, innecesarias soledades, evitables silencios e imperdonables descuidos.

 Había convivido tanto con el desamor que por momentos lo creía el único tipo de amor disponible. Un amor cotidiano, de tiempos gastados, con noches de lunas rotas, al ritmo de la insoportable monotonía.

 Pero no podía con esa amante empedernida, que la única manera de comprender la vida era a través de la pasión, que no resignaba su alma a un puñado de perdidas ilusiones, a una vida gris, con la única certeza del fracaso y la insistente sensación de un final interminable.

 Ya no había nada que pensar y mucho menos que sentir.

 

“Me fui, me fui para siempre.

 Te amaba.

 

Sonia”

 

Y se marchó, en busca de algo tan verdadero como incierto, tan desconocido como suyo.

 

Marta Guglieri

Rubén Vedovaldi


LA PREGUNTA

 

Un filósofo se mira en el espejo y piensa:

-Soy una forma sin fondo – (porque en su humano cuerpo no ve fondo)

 Entonces cierra los ojos y ahora piensa:

-Soy un fondo sin forma – porque en su humana mente no ve forma.

 Entonces abre un ojo y deja el otro cerrado. Y ahora se pregunta:

-¿Soy fondo con forma o soy forma con fondo? Porque ahora con un ojo no ve dónde termina su forma y comienza su fondo y con el otro ojo no ve donde termina el fondo y comienza su forma. No sabe qué pensar.

 Entonces se mira el rostro en el espejo Se piensa, con los ojo cerrados. Se mira con los ojos abiertos y concluye:

-Soy una pregunta abierta en sus dos extremos. Soy una pregunta que nunca empezó y que nunca terminará.

 Se pone crema de afeitar en las mejillas, se afeita, se peina, se pone el traje y sale a la calle silbando bajito una melodía cualquiera, sin pensar en nada.

 

Rubén Vedovaldi

Julia del Prado


Julia del Prado

 

MARINA DEL AYER

 

Hoy de mañana un duendecillo pone unas piedras en el ingreso de mi dormitorio. Al frotarlas viene a mí el recuerdo de un paseo a playa en esa orilla de mar, delicadeza de olor a sal.