LA
PREGUNTA
Un
filósofo se mira en el espejo y piensa:
-Soy
una forma sin fondo – (porque en su humano cuerpo no ve fondo)
Entonces cierra los ojos y ahora piensa:
-Soy
un fondo sin forma – porque en su humana mente no ve forma.
Entonces abre un ojo y deja el otro cerrado. Y
ahora se pregunta:
-¿Soy
fondo con forma o soy forma con fondo? Porque ahora con un ojo no ve dónde
termina su forma y comienza su fondo y con el otro ojo no ve donde termina el
fondo y comienza su forma. No sabe qué pensar.
Entonces se mira el rostro en el espejo Se
piensa, con los ojo cerrados. Se mira con los ojos abiertos y concluye:
-Soy
una pregunta abierta en sus dos extremos. Soy una pregunta que nunca empezó y
que nunca terminará.
Se pone crema de afeitar en las mejillas, se
afeita, se peina, se pone el traje y sale a la calle silbando bajito una
melodía cualquiera, sin pensar en nada.
Rubén
Vedovaldi