Estiro mis brazos para recuperarte, pero el océano me devora. Dime qué hago aquí, si mi cuerpo me cuenta centímetro a centímetro la huella de tus manos sobre mi espuma. Sé que estuve allí. Sé que anclé en ti. En otro plano. Tal vez en otra vida. En tu tierra lejana. El testimonio de tu recuerdo es la fuente de mi historia. Tu placer está sellado en mis rincones más celosos. Está escrito en mis páginas más íntimas. El mío, anida en las tuyas. Lo sé. Lo sabes. Los dos sabemos. Dime si no, cómo puede mi esencia de mujer embriagarse con sólo nombrarte. ¿Es acaso mi noción de ti lo que me gobierna? Me resisto a creerlo. Me resisto a sofocar tu susurro gitano cuando desnuda mi cuello y me posee. ¿Es sólo mi noción de ti? No, amor…Sé que mis partículas estuvieron entre tus dedos en otra era. Mi deseo ancestral delata tus caricias en extinción. Y estás ahí, en mí, como aquella vez, como desde entonces.
Dime por qué canto canciones mudas. Porque eran tu arrullo mientras me amabas. ¿Será tu tradición oral la que quiso divulgarme? Para volver a amarme, para recuperarme en otro tiempo, para acunarme en brazos eternos que ya no me dejarán ir. Dime cómo mi nombre desnudo suspira el tuyo y se pierde. Dime cómo mis manos dibujan tu rostro sin haberlo visto, como mi vientre rememora espasmódicamente tu arte rupestre sin haberlo gozado. Dime cómo. Dime. Todo está escrito. Nárrame entera. Tu cronología estalla en mi pecho. Quiero revivir. Tu archivo secreto atesora mis crónicas. Necesito recrearme. Como desde entonces. Como cada vez.
¿Cómo modelo mi pasado en tu presente? Dime cómo. Quiero caminar tus añoranzas. Quiero aturdirme con tu canto contemporáneo; quiero inventar mi reflejo en tus ojos incrédulos. Sin tiempo, sin espacio, sin apuro. Necesito posarme en tu aliento, para corporizarme, para que me recorras y me resucites encendida en tu deseo, entre las sábanas de nuestro encuentro interrumpido por la línea del tiempo. Necesito ser. Ahora. Dime cómo. Si tú estás allí y yo aquí. Necesito renacer. Fecúndame con tu ilusión. Puedes lograrlo. Escribe mi historia futura. Sabes cómo hacerlo. Hazlo. Hazme.
Dime por qué canto canciones mudas. Porque eran tu arrullo mientras me amabas. ¿Será tu tradición oral la que quiso divulgarme? Para volver a amarme, para recuperarme en otro tiempo, para acunarme en brazos eternos que ya no me dejarán ir. Dime cómo mi nombre desnudo suspira el tuyo y se pierde. Dime cómo mis manos dibujan tu rostro sin haberlo visto, como mi vientre rememora espasmódicamente tu arte rupestre sin haberlo gozado. Dime cómo. Dime. Todo está escrito. Nárrame entera. Tu cronología estalla en mi pecho. Quiero revivir. Tu archivo secreto atesora mis crónicas. Necesito recrearme. Como desde entonces. Como cada vez.
¿Cómo modelo mi pasado en tu presente? Dime cómo. Quiero caminar tus añoranzas. Quiero aturdirme con tu canto contemporáneo; quiero inventar mi reflejo en tus ojos incrédulos. Sin tiempo, sin espacio, sin apuro. Necesito posarme en tu aliento, para corporizarme, para que me recorras y me resucites encendida en tu deseo, entre las sábanas de nuestro encuentro interrumpido por la línea del tiempo. Necesito ser. Ahora. Dime cómo. Si tú estás allí y yo aquí. Necesito renacer. Fecúndame con tu ilusión. Puedes lograrlo. Escribe mi historia futura. Sabes cómo hacerlo. Hazlo. Hazme.