Amalia Zacoutegui

SOMBRAS

Jirones de piel, desasimientos, como de noche desgastada en la desmesura
naranja del fuego, que se asoma y nos canta.
Amanecer volviendo azules, aliladas, fantasmales las sombras sigilosas que
traman y me sueñan.
Volverlas puro incienso, el humo susurrado que escapa de la pira,
huyendo de la muerte su infinito destierro de ecos fugitivos.
Sombras que danzan tribales y remotas en el oleaje de todo el dormir,
acuciadas por todos los adentros, en la unísona molienda de la nada.
Serán sollozos, odios antiguos, fragilidades que en el aire, de pronto, se
suicidan.
Orquídeas de luz sangrarán sus corolas, sus mordiscos salvajes en esa tierra
incierta y brumosas, vueltas olvido, derrotadas, ellas, las sombras, caerán
como un diluvio de semillas sin fe entre las piedras.