METEORITO 2º
LLUVIA
Rompió la noche el
azul amaneciente.
Abrió el cielo sus
puertas hermanando cielo, tierra y mar.
Sólo el fuego,
escondido en los negros antros del Olimpo, salvó su identidad.
Rojo y blanco sobre el
lábil azul rompieron el negro infinito del poniente.