MARIA ISABEL CANÉ

RAICES


Siempre decía: Tengo que cortar esas raíces, me afean todo. Hacía mucho tiempo que las había plantado, pero nunca dieron nada, a tal punto que ya no se acordaba de qué eran y eso que no estaban secas, simplemente no crecían. Distraída siempre en otras cosas al final nunca lo hizo, y así pasaron los días, los meses, los años… Cuando murió la enterraron en su propio jardín, muy cerca de las raíces, pero, qué enorme y deliciosa fue su sorpresa cuando despertando en esa vida que deviene después de la muerte se encontró rodeada de incontables rosas.