Iván Salomonoff

Roma


Hicieron el amor descaradamente. Nadie los oyó gozar mientras afuera gemían los truenos y la lluvia se hundía como puñales entre los adoquines de una ciudad gris. Se arrastraron como babosas, sudaron pasión entre sábanas blancas y nubes de alcohol. Se ahogaron en manos, ombligos y besos. Fundieron sus piernas brotando como pétalos entre espaldas y lenguas, almohadas y pies. Lucharon bajo un espejo de sal, ardiendo a las sombras de un juego onírico, casi real. Fueron gotas de un sueño anegado en deseo, laberintos de miel y fuego lacerando sus vientres. Una sola piel, un suspiro oblicuo erizando la atmósfera; un desierto de placer. El sol los descubrió en la mañana, cuando los pájaros silbaban las seis. Despertaron abrazados, borrachos de sexo y amor. Oliendo a primavera y hotel alojamiento.