SOY INCONFUNDIBLE, Ana Lucía Montoya Rendón, Colombia.



Nada la puede abatir, ni el más recio vendaval, ni las más oscuras dudas, ni los crudos y descarnados comentarios.

Ella, construida sobre bases firmes no necesita más que el pensamiento, ese es su punto de apoyo básico, la viga maestra donde se apuntala el edificio.

No reconoce el ayer, ni el mañana, para ella solo existe el eterno ahora. No calla por más que los labios le sean arrancados, siempre tendrá una forma especial de decir:

“Aquí estoy, mírame, soy yo, tu me reconoces aún en medio de la oscuridad, sin siquiera hablar, presientes la línea que deja mi huella, la hueles y también la hoyas, soy sinceramente tuya, yo soy quien entiende tus desvaríos y también tus euforias.

“Soy la Lunita llena que se cuela por tu ventana para soplarte ensueños. Mírame fijamente, reconóceme, porque puedo ser esa lluvia de estrellas fugaces o la cola de un cometa que hace siglos pasó y que aún te recuerda”.

“Soy el Sol, que a las primeras horas del día, cuando se despide de sus amigas, Alba, Alborada y Aurora, quien te busca y te acaricia con lengua fogosa para que despiertes feliz”.

“Eso y mucho más soy y puedo llegar a ser porque yo soy la mejor de todas las hembras que has conocido, que conoces y que conocerás.

“Soy yo. ¡La Amistad!”.