MANUEL CUBERO


METEORITO 2º

LLUVIA

 

Rompió la noche el azul amaneciente.

Abrió el cielo sus puertas hermanando cielo, tierra y mar.

Sólo el fuego, escondido en los negros antros del Olimpo, salvó su identidad.

Rojo y blanco sobre el lábil azul rompieron el negro infinito del poniente.