LA LOCA DEL MAR
Nadina, era muy curiosa... no sabía la que le esperaba... Nadina, Nadina Miramar era su nombre completo.
Como todos los años, Nadina salió de vacaciones para su casa en las playas de Miramar. Allí pasaba tres meses junto al mar que la había visto nacer, crecer, hasta irse, un día, con la intención de entrar al ruedo de la Gran Ciudad. Ya en ella, además de trabajar con ahínco para poder mantenerse, amante de la lectura como era, se esforzó en sus estudios logrando recibirse de profesora en Biología Marina.
El mar era su punto de partida y, también, el poderoso interrogante por los misterios allí escondidos.
Curiosa empedernida, siempre que podía buceaba con sus compañeros, o ¿por qué no?, sola.
Ganó becas para conocer los misterios de los mares del mundo, investigar, escribir sus hallazgos, para después darlos a conocer. Pero no todos, siempre guardaba para sí... algunas cosas...
Con el correr del tiempo fue escribiendo un libro que solo sería para ella, donde volcaba esas curiosidades que veía y recogía. No sabía que eso le costaría muy caro....
Con los años ese libro fue haciéndose cada vez mayor; eran muchas las cosas que encerraban sus páginas... sólo para ella, para poder atesorar sus momentos...
Y, sí, llegaron sus vacaciones, allí estaba ella, sola en la paya que la atraía como un imán. Sentada cómoda es su silla a la orilla del mar leía su libro, escribía más notas.
Sin darse cuenta de que una tormenta se acercaba repentinamente y, una ola inmensa la atrapó.
Gracias a su pericia como nadadora salvó su vida, pero el libro, se lo llevó el mar... No lo pudo asegurar contra su cuerpo...
Ese era el lugar donde debía estar el libro.
El mar había recuperado parte de sus secretos.
Dicen los que la conocieron, que con el correr de los años, un día vieron pasar a una anciana, con su mente ausente... caminando por la orilla del mar, con la vista perdida en el horizonte.
Todos la llamaban “La loca del Mar”.
Nadina, era muy curiosa... no sabía la que le esperaba... Nadina, Nadina Miramar era su nombre completo.
Como todos los años, Nadina salió de vacaciones para su casa en las playas de Miramar. Allí pasaba tres meses junto al mar que la había visto nacer, crecer, hasta irse, un día, con la intención de entrar al ruedo de la Gran Ciudad. Ya en ella, además de trabajar con ahínco para poder mantenerse, amante de la lectura como era, se esforzó en sus estudios logrando recibirse de profesora en Biología Marina.
El mar era su punto de partida y, también, el poderoso interrogante por los misterios allí escondidos.
Curiosa empedernida, siempre que podía buceaba con sus compañeros, o ¿por qué no?, sola.
Ganó becas para conocer los misterios de los mares del mundo, investigar, escribir sus hallazgos, para después darlos a conocer. Pero no todos, siempre guardaba para sí... algunas cosas...
Con el correr del tiempo fue escribiendo un libro que solo sería para ella, donde volcaba esas curiosidades que veía y recogía. No sabía que eso le costaría muy caro....
Con los años ese libro fue haciéndose cada vez mayor; eran muchas las cosas que encerraban sus páginas... sólo para ella, para poder atesorar sus momentos...
Y, sí, llegaron sus vacaciones, allí estaba ella, sola en la paya que la atraía como un imán. Sentada cómoda es su silla a la orilla del mar leía su libro, escribía más notas.
Sin darse cuenta de que una tormenta se acercaba repentinamente y, una ola inmensa la atrapó.
Gracias a su pericia como nadadora salvó su vida, pero el libro, se lo llevó el mar... No lo pudo asegurar contra su cuerpo...
Ese era el lugar donde debía estar el libro.
El mar había recuperado parte de sus secretos.
Dicen los que la conocieron, que con el correr de los años, un día vieron pasar a una anciana, con su mente ausente... caminando por la orilla del mar, con la vista perdida en el horizonte.
Todos la llamaban “La loca del Mar”.