Pascual Marrazzo

Quebranto

Desde el Infierno puedo percibir el golpe de los pétalos, como si éstos al caer dejaran de ser besos, para transformarse en chapitas de cerveza. Tomo la música y, en mis manos, recibo el azote salvaje de sus cuerdas, .el mar me calma las heridas aquí en el horizonte, donde toca el cielo. Mis quebrantados sentidos, escuchan la luz por primera vez, oigo la voz azul del amarillo atardecer, hasta que sangra el crepúsculo. No sé si es tristeza, melancolía o tal vez el límite de la resistencia ¡Me duelen las rodillas del alma! ya no puedo caminar. Esto no sería tan grave, pues el cielo comienza bajo mis pies ¡Me duelen los hombros! y no puedo volar...