SIN PENA NI GLORIA - Juan Carlos Vecchi - Olavarria, Buenos Aires, Argentina

Rompió el espejo el viernes a la noche, medianochando un desgraciado pronóstico popular.
Volvió el sábado sin novedades por los cuatro cardinales de la vida.
Cuando se hizo domingo, lo velaron sin pena ni gloria; salvo Gloria Pérez, el último de sus amores, quien dejó en la sala cuatro o cinco lágrimas y un ramo de flores insatisfechas.
El lunes lo enterraron unos pocos, los mismos pocos que el martes lo pasaron a olvido.
¡A la miercole! ¿No eran siete los años de desgracia cuando uno rompe un espejo?